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CONCURSO POR INVITACIÓN

 

FECHA DEL CONCURSO: 

2009

 

PROMOTOR:

Fundación La Caixa

 

AUTORES DEL CONCURSO:

Antonio Barrionuevo Ferrer,

Julia Molino,  

Eduardo Gascón,

Jordi Roig

 

PEM:

16.836.975 €

El proyecto contempla la transformación de las 7 naves septentrionales de las antiguas Reales Atarazanas de Sevilla, construidas en el siglo XIII, en el nuevo centro cultural Caixa Forum.

 

El principio constitutivo que define la arquitectura de las Atarazanas es la nave; construcción techada de un recinto lineal diáfano entre dos flancos paralelos, que se asocia a la idea de espacio rectangular alargado. La yuxtaposición de naves genera la forma básica del edificio. Este sistema originario aún hoy subyace en la construcción existente tras las profundas mutaciones de usos y de configuraciones que se han sucedido a lo largo de su dilatada vida.

 

La arquitectura que proponemos surge de la puesta en valor de ese entender la nave como elemento esencial que ordena el conjunto, y por ello apunta hacia el descubrimiento integral del sistema espacial con que se ha formado el edificio, lo cual, entre otras cosas, implica la posibilidad de desandar en parte el proceso histórico experimentado y, por lo tanto, de sustraer partes, deslindar capas y texturas, y suprimir rellenos que lo fueron ocultando, hasta conseguir la completa y diáfana manifestación de la estructura espacial de las Atarazanas. 

 

Si en proyectos y obras anteriores sobre este edificio hemos descubierto la transparencia horizontal o la alternancia de luces y sombras como rasgos característicos del mismo, el aspecto primordial de la presente propuesta reside en su capacidad de desvelar la dimensión vertical de la construcción. Para lograrlo se lleva a su cota original el arranque de las arcadas de tres naves centrales. Se dispone así una forma de encuentro y de relación entre los planos de asiento actual y antiguo de la ciudad. Esta exploración vertical equivale a un intento de mostrar las sucesivas sedimentaciones, haciendo que las sucesivas etapas históricas aparezcan ante nosotros de modo simultáneo.

 

Las anteriores determinaciones permiten que el resto de las Atarazanas – naves 3 a 7– refuerce su carácter de lugar interior, un marco idóneo para experimentar la emoción de recuperar el nivel original de las Atarazanas y percibir, en su completa magnitud, las arcadas de las naves 5 y 6. La elección de la nave 5 para protagonizar la recuperación de la verticalidad espacial, es debida a disponer ella de luz cenital natural y estar asociada a la nave 4 que asume el rol de galería y balcón central. En la cabecera de la mencionada nave 5 se sitúan los ascensores acristalados para la comunicación entre el Nivel de Ingreso, o Nivel de la Ciudad, el Nivel Originario y las Naves Altas.

 

Bajo las bóvedas de la nave 6 se ubica un largo plano inclinado de escasa pendiente, que desciende con suavidad, estableciendo continuidad entre el plano de ingreso y el plano originario recuperado.

 

La yuxtaposición  lineal de naves necesita, para articular y compensar el conjunto, un sistema transversal de comunicación en todos sus niveles que posibilite la organización “racionalizada” que no ha sido posible obtener debido al crecimiento circunstancial y no planificado de la obra. Se confía en el papel articulador de los recorridos y el movimiento como instrumentos que van a permitir la obtención de adecuadas relaciones entre los espacios, la geometría, los materiales y la luz.  El proyecto desarrolla por completo el incipiente sistema de pasos transversales existentes en los niveles superiores respetando la posición de la escalera principal, bien alojada. Esta especie de “transepto” dispuesto tras el Cuerpo de Cabecera extiende el núcleo de comunicación vertical, especialmente los ascensores, a todas las Naves Altas creando ejes de conexión entre los diversos niveles.

 

En los niveles superiores,  el nivel alto del  Cuerpo de Cabecera se dedica a Sala de Exposiciones de mayor dimensión,  espacio de fácil adecuación y registro desde el vestíbulo principal. La nave alta más próxima a la calle Dos de Mayo se corresponde con la Cafetería- Restaurante, por sus espléndidas vistas paisajísticas sobre la ciudad.

 

La intervención arquitectónica que proponemos constituye un episodio específico y revelador de la nueva arquitectura. El carácter de la cubierta huye del espectáculo o de la intervención icónica. Así, el perfil de las Atarazanas pretende reconocer los valores históricos que la han caracterizado y reutilizarlos como constante en toda la intervención.

 

Este es en definitiva el reto que el proyecto plantea: entender la verdadera entidad de las Atarazanas al respetar la nave en toda su integridad, desvelando su dimensión original  y ritmo de luces y sombras, manteniendo la memoria histórica de su recorrido longitudinal  río-ciudad  y adecuándola con precisión a su nuevo uso.

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