Estación Sevilla-Plaza de ArmasRehabilitación de la Estación Sevilla-Plaza de Armas. Sevilla. | Estación Sevilla-Plaza de ArmasRehabilitación de la Estación Sevilla-Plaza de Armas. Sevilla. | Estación Sevilla-Plaza de ArmasRehabilitación de la Estación Sevilla-Plaza de Armas. Sevilla. |
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Estación Sevilla-Plaza de ArmasRehabilitación de la Estación Sevilla-Plaza de Armas. Sevilla. |
PROYECTO BÁSICO Y DE EJECUCIÓN
FECHA DEL PROYECTO:
Marzo 1982
FECHA FINALIZACIÓN OBRA:
Junio de 1982
PROMOTOR:
MOPU y RENFE 3ª zona.
AUTORES DEL PROYECTO:
Antonio Barrionuevo Ferrer
Damián Álvarez Salas
Juan Cañadas Mercado
EMPRESA CONSTRUCTORA:
MZOV
SUPERFICIE CONSTRUIDA:
4900 m2
P.E.M.:
150.000.000 Pts.
Más allá de su papel funcional, la popularidad y el alto grado de aceptación alcanzado por este edificio de viajeros, radica en la acertada delicadeza de su arquitectura. Nos referimos al ropaje estilístico concebido para envolver la gran nave metálica, de 30m de luz y 100m de longitud, y presentarla a la ciudad como el frente de arcada de un patio, inspirado en la Mezquita de Tánger, decorado con azulejerías copiadas del patio de los arrayanes de la Alhambra de Granada, máximo exponente de la arquitectura arábigo-andaluza. Es la vieja cultura hispano-musulmana renovando con acero y cristal los cimientos de la tradición mudéjar, ladrillo y azulejos, fuente de investigación que reafirmará bases para la arquitectura Sevillana de su época, dentro de una concepción internacional de la arquitectura de las regiones.
La intervención realizada en 1982 supone un acondicionamiento general, una reforma completa de la estación, dotando a su cabecera de mayor entidad espacial para el servicio de viajeros, asó como la prolongación de andenes.
Para ello era necesario velar sutilmente las naves de los porches y sustraerlas mediante unos cierros de la degradación a la que estaban sometidas como meros soportales de una intensísima vía de circunvalación del antiguo casco murado.
Este cierro está proyectado hacia el interior, como cajas de acero y cristal individuales a cada arco. Constituyen unas puertas que sólo cierran en la noche, que sirven para el reconocimiento y control de un recinto, sin romper la continuidad física y visual entre ciudad y estación.
Desde el exterior el espesor del frente de arcos tamiza el nuevo cierro invertido, no desvirtuando la compresión originaria de nave de mezquita de la cabecera de la estación. Desde el interior un plano horizontal continuo sobre las puertas, trazado a la altura de los capiteles reúne a todos los cierros y propone una unidad de intervención potente y autónoma, a la escala del conjunto de la estación, a la que no renuncia el nuevo proyecto.
Al tratar de ampliar la capacidad de estancia originaria de la cabecera de la estación, se extendió el área propia de los viajeros introduciéndola ordenadamente en la nave del ferrocarril, retrasando para ello los topes y construyendo un recinto de acero y cristal para sala de espera, cuyo orden se inspiró en el orden del vitral de 1905: una marquesina, arquitectura de exteriores, inmersa en el “espacio público abierto” que entendemos constituye la nave del ferrocarril. La luz cenital recibida a través del plano de cristal superior de esta marquesina recuerda a la luz de los patios.
Esta construcción exenta es un recinto para la referencia del viajero que encuentra en ella su escala; un observatorio para contemplar durante la espera, la llegada y partida de los trenes.
Con la supresión de las antiguas puertas que separaban la nave de andenes de los porches, la estación se ha convertido en un lugar íntimamente ligado a la ciudad, sin transición, como se establece la continuidad en las mezquitas entre el patio y el recinto cubierto; climatológicamente acondicionada, pero transparente. Esta sala de los viajeros introducida en la nave realza, en sutil contraste, el espacio agigantado del ferrocarril.
La iluminación nocturna de la nave se ha establecido con dos sistemas diferentes. Uno como luz ornamental perimetral con farolas murales, entendiendo los cerramientos interiores como las fachadas de la interpretada plaza pública del ferrocarril; y otro suspendido de los pórticos como luz funcional para los andenes y fosos de vías. Para la prolongación de los andenes se diseñaron unas sencillas luminarias de báculos de perfiles en frío y barras de luz fluorescente.
La obra se realizó en un plazo de dos meses y medio, con un justo costo económico y sin interrupción del servicio ferroviario. Se ha de concluir que la estación es hoy más funcional y ha recuperado su plana vitalidad.
En 1992 esta obra fue destruida, perdiéndose su uso ferroviario, y convirtiéndose en Centro Comercial al uso.