Una lonja de pescadores se asemeja, en primera instancia, a un andén-plataforma donde se realiza el intercambio de una mercancía -el pescado- del medio de transporte marítimo al terrestre. El proyecto surge de la voluntad de realizar este intercambio con determinado confort y en las mejores condiciones de higiene y sanidad para el trasvase de tan delicada materia alimentaria y preservar así su valor comercial. Nos referimos de la mejora que supone dotar al lugar de un techo o cubierta que proteja de la intemperie, -lluvia, frío o calor.

Para preservar con nitidez el carácter unitario de este lugar que se ubica en una zona abierta, referido a las dársenas de un puerto, se ha propuesto una cubierta de un solo rasgo, formulada como un simple plano inclinado en la dirección del eje mayor dispuesto en paralelo al muelle, que abre la lonja al interior del puerto y que la cierra al mar abierto, protegiéndola de mareas y vientos dominantes.