Por su enclave geográfico, de pueblo costero atlántico andaluz, Conil se ha extendido mediante bandas continuas de villas de veraneantes. Franja delimitada en su frente por el arenal de la playa y loteada en parcelas con casas de planta baja centradas lo que divide en dos partes su jardín, siendo mayor el posterior. El solar del proyecto proviene de uno de estos jardines traseros.

La casa-estudio para el pintor Joaquín Sáenz recoge, ajustándose a mínimos debido a lo exiguo del solar (9.70 x 9.00m), la organización que observamos en las tradicionales del lugar, de desarrollo al interior con patio y conectada con la calle a través de un corredor.

La casa construye la esquina del solar ingresándose mediante un corredor perimetral que ha sintetizado el carácter de los patios de Conil. Formado entre la casa y tapias medianeras, recibe todas las aberturas de huecos de la planta baja matizando, la luz y aclimatando la casa; alberga la escalera exterior de acceso a la planta principal y en él se sitúan los lavaderos, el aseo de playa, el pozo y los arriates. El objetivo primordial de la planta baja es un basamento y conteniendo los dormitorios por ser lugar fresco y con buena protección solar.

Se accede a la planta principal por una escalera lineal exterior donde se sitúa la puerta de entrada principal. En esta planta primera se disponen las estancias de comedor, estar y cocina, desarrollándose las actividades de vida diurna. Se ha elegido esta disposición por permitir una visión del mar por encima de la casa delantera y por situarse en la cota intermedia entre el patio y la terraza superior apergolada.

La casa posé una similar a las torres: desde una planta baja cerrada, más opaca con huecos pensados para la penumbra de los dormitorio veraniegos, sus ventanales se amplían a medida que se alcanzan las plantas superior mayor visión del mar.

A la planta de cubierta se accede por un segundo tramo de escalera exterior situado sobre la de ingreso. En la crujía delantera al Carril de la Fontanilla, se eleva el estudio de pintura. De la propia geometría coincidente con la estructura cubica en hormigón, sin ornamentos, proviene la escueta belleza de la casa Sáenz.