La ciudad contemporánea también se alza sobre la acumulación de servicios. Entre ellos la energía eléctrica se transporta en Alta Tensión bajo sus principales calles necesitándose centro de cierta entidad o subestaciones eléctricas para transformarla a media tensión antes de su distribución y consumo.

 

 

La organización de las subestaciones urbanas de la Compañía Sevillana, tratando de ocupar el menor suelo posible, sitúan en dos órdenes el parque de 50Kb, o red de reparto, en una sala superior; y el parque de 20Kv, o red de distribución, en la sala inferior.

 

 

Bajo este cuerpo y en sótano se dispone una galería registrable de cables para la entrada de la línea de Alta y las salidas de las líneas en media tensión para los diferentes suministros.

 

 

¿Cómo dar forma a esta envolvente que por lo general sólo han sido consideradas como construcciones meramente funcionales?

 

 

Era necesario encontrar una expresión arquitectónica de esta máquina de habitar la función eléctrica, equilibrada y armónica, que contribuyera a la formación de la escena de la ciudad de hoy.

 

 

En cierta medida es un proyecto orgánico y expresivista: a casa parte del esquema se le ha dotado de un volumen claramente diferenciado. Cada volumen no sólo manifiesta su función sino también se dispone para configurar una relación dialéctica máquina-ciudad.

 

 

Así se orientó la disposición de las tres partes fundamentales de la subestación “Nervión”, eligiendo posicionar el sistema de transformación, parte de mayor escala, en un cuerpo especialmente diseñado para albergar los trafos. Como un frente a la glorieta de trafico de la nueva Avenida del Tamarguillo.

 

 

El cuerpo del aparillaje adosado, de ángulos rectos, modulado por pórticos transversales recibe un cerramiento ligero, anclado a una superestructura de correas metálicas para la fijación del panel de doble chapa y alma interior aislante de 5 cm de espesor, tipo Rotberson.

 

 

Las fábricas de vidrio tramadas en este cerramiento, organizan la entrada adecuada de luz natural al interior de la nave, para mejorar las condiciones de trabajo de inspección o reparación. En su cubierta, ligera y metálica, se incorporan las aberturas laterales de ventilación.

 

 

El lateral norte elevado como torre plana contiene el sistema de comunicaciones verticales del edificio. Su gran ventanal semicircular proyecta la luz natural sobre las escaleras y exterioriza parte de las funciones eléctricas necesariamente herméticas por la seguridad industrial que la instalación requiere.

 

 

En el flanco sur de este cuerpo se abren las entradas de mercancías y salidas de emergencia.

 

 

La naturaleza de sus materiales, acero, vidrio  arcilla esmaltada, en cuyo proceso de fabricación ha intervenido el fuego, reunidos sobre una hozadura modular de hormigón armado, dan forma a esta arquitectura industrial inmersa en la ciudad.